¿Por qué no podemos experimentar el amor de Dios cuando estamos rodeados por él? Es porque nuestra atención no está en Dios.

Los santos y Maestros espirituales ofrecen la técnica de la meditación como un medio para abrirnos a la gran riqueza del amor divino que nos rodea y está dentro de nosotros. Veamos más de cerca uno de los obstáculos que nos impiden abrirnos al amor de Dios.

Si hacemos un análisis de nosotros mismos a lo largo del día, nos daremos cuenta de que a menudo vivimos en el pasado o en el futuro; siempre pensando en lo que nos ocurrió en el pasado, planeando o preocupándonos por lo que sucederá en el futuro.

La solución para los pensamientos del pasado y del futuro es permanecer en el presente o en el momento actual. Cada segundo tenemos la oportunidad de estar en el momento presente. Si, en lugar de eso, lo llenamos con pensamientos del pasado o del futuro, el momento presente se desperdicia y se va para siempre. Nunca podremos recuperar ese momento actual.

Si podemos permanecer en el momento presente, entonces los pensamientos del pasado y del futuro se detendrán. Podremos permanecer en el centro inmóvil en el que podemos conectarnos con el amor de Dios en nuestro interior. Sumergirnos en Dios en el momento presente.

Hay dos interruptores para nuestra atención: uno es el que permite sintonizarnos con nuestra alma y el otro es el que controla sintonizarnos con nuestra mente. La solución para los pensamientos que la mente nos envía es poder separar los pensamientos que son de Dios y del alma, de los que son de la mente.

Necesitamos aprender a estar alerta cuando la mente distrae nuestra atención ya sea en la meditación o a lo largo del día. Las distracciones de la mente nos dicen que tenemos cosas más importantes que hacer que meditar, nos involucran en actividades que mantienen nuestra atención en el mundo, o nos hacen pensar en el pasado o anticipar el futuro.

Los pensamientos del alma son los que nos llevan a Dios. Estos pensamientos nos recuerdan que debemos meditar, llevar una vida ética, servir a los demás desinteresadamente, amar a Dios y a toda la creación.

Además, cuando nos sentamos a meditar y a experimentar el amor de Dios, necesitamos hacerlo en un estado de entrega, con una mente tranquila y una receptividad total para recibir el amor de Dios que fluye sobre nosotros en todo momento. De esta manera, no estaremos luchando por encontrar el océano de Dios, sino que nos bañaremos conscientemente en la dicha de la inmersión total en dicho océano de amor.

Nuestro trabajo es aquietar la mente de los pensamientos del pasado y del futuro, aceptar y abrazar amorosamente lo que venga hacia nosotros. Nuestro trabajo es concentrarnos justo en el medio de cualquier experiencia que se nos presente. A medida que nos absorbemos más, seremos arrastrados más y más hacia adentro y con el tiempo, disfrutaremos el gran Océano de Amor en el que estamos nadando todo el tiempo.

ACERCA DEL AUTOR

Sant Rajinder Singh Ji Maharaj es reconocido internacionalmente por su trabajo para promover la paz interior y exterior a través de la espiritualidad y la meditación. Es el líder espiritual de la Ciencia de la Espiritualidad y recorre el mundo enseñando a la gente cómo meditar en la Luz y el Sonido interior, lo cual conduce a la paz, la felicidad y el éxtasis.

Sant Rajinder Singh Ji ha presentado su poderosa y sencilla técnica de meditación a millones de personas en todo el mundo a través de seminarios, retiros, conferencias, publicaciones, programas de televisión y radio, y emisiones por Internet. Un autor de éxito entre los más vendidos, sus blogs, vídeos, comunicados de prensa y citas espirituales inspiradoras aparecen en el sitio web de la Ciencia de la Espiritualidad: www.sos.org Para más detalles y próximos programas públicos vea aquí.

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