Spiritual Quote: Febrero, 26 2023

Mientras recorremos los caminos de la vida debemos dispensar flores de amor a diestra y siniestra, adelante y atrás.

La gloria de Dios es que Dios es para todos.

Si recorremos los caminos de la vida ofreciendo amor y respeto por doquier, nunca vamos a lastimar o herir los sentimientos de nadie.

Al tiempo que los lazos de seda del amor por Dios se estrechan, las cadenas del mundo aflojan.

En esencia el alma y Dios son uno.

Dios, que es espíritu, no lo podemos ver ni oír con nuestros ojos y oídos externos.

Hay tantas maneras de propagar el amor de Dios entre quienes nos rodean.

Los Maestros son como jardineros expertos que nos enseñan a cuidar las semillas de nuestra alma, para que se puedan transformar en las flores espectaculares que Dios quiere que seamos.

La corriente Divina de Luz y Sonido tiene el poder de limpiar nuestra alma.

Dios no nos ha dejado abandonados en este mundo de tinieblas.

Podemos medir cada acción de nuestra vida y ver si nos acerca a Dios o nos aleja de Él.

Si nuestro planeta, con sus sistemas ecológicos interdependientes va a sobrevivir, tenemos que aprender a vivir en armonía con toda la creación.

Necesitamos actuar lo mejor posible, pero dejar los resultados a Dios.

Al progresar espiritualmente empezamos a movernos por la vida con sensibilidad. Ya no herimos los sentimientos de nadie. A quienes conocemos los tratamos con amor y gentileza.

Si otras personas que están enojadas ven que nos quedamos tranquilos, se quedarán con su propia ira.

El amor excede la duración de este mundo.

Centrémonos en nuestra naturaleza espiritual. Contactemos la Luz y el Sonido de Dios interior.

Nuestro trabajo consiste en aferrarnos día tras día a la meditación hasta ver los resultados.

Cuando surgen las preguntas sobre el propósito de la vida y lo que sucede después de la muerte, una chispa espiritual se enciende en nosotros. Ya no podemos descansar hasta no haber encontrado las respuestas.

Dios es un océano de felicidad y alegría. Dios es todo amor, toda alegría y todo Luz. Ese mismo amor, Luz y alegría se encuentran en nuestra alma.

La espiritualidad no es un estudio intelectual.

Si cada uno de nosotros perdonara, no faltaría mucho tiempo para que el mundo se volviera un lugar más pacífico y amoroso.

El ego nace de la mente. Es un mecanismo para mantenernos separados de todo lo demás.

El servicio desinteresado radica en ayudar a alguien sin esperar nada a cambio.

En lugar de dejar que pensamientos de odio y enojo nos dominen y arruinen nuestras vidas, detengámonos y perdonemos a la otra persona.

Dios es absoluta conciencia y conocimiento total, al mismo tiempo, Dios sabe todo acerca de cada alma que creó.

Dios es amor y sólo el amor tiene cabida en el territorio de Dios.

Cuando empezamos a meditar y a viajar internamente, ya no será necesario creer en algo—en verdad todo lo vemos por nosotros mismos.

Una vida de meditación y de acercamiento a Dios nos puede ayudar a ser fuertes para resistir los fracasos mientras esperamos poder ver mejores resultados.

El amor y el perdón inspiran a otros a amar y hacer del mundo un lugar pacífico.