Curar el alma a través de la meditación
Por Sant Rajinder Singh Ji Maharaj
Estar desconectado de nuestro corazón o alma interior causa dolor. El dolor puede manifestarse como una continua inquietud por algo de lo que no somos conscientes. Nos apresuramos a tratar de encontrar la felicidad en las actividades externas y nos confundimos cuando la felicidad que pensamos que obtendríamos nos elude. Sabemos que falta algo, pero no sabemos qué es.
Lo que estamos buscando ya está dentro de nosotros. Lo que nos puede traer la felicidad es nuestra alma. Para algunos, la inquietud interior es un deseo de comprender los misterios de la vida. En algún momento de la vida, podemos comenzar a cuestionarnos: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos y adónde vamos después de esta vida? ¿Cuál es nuestro propósito en la vida? ¿Hay alma? ¿Hay dios? Sin respuestas definitivas a estas preguntas, a veces nos sentimos incómodos. Queremos saber las respuestas pero no sabemos cómo encontrarlas.
Meditación para la conciencia espiritual
Existe una solución simple para ayudarnos a reconocernos como alma y, por lo tanto, a funcionar como un ser humano completo. Esa técnica para conectar con nuestra alma es a través de la meditación. En la quietud de la práctica de la meditación, retiramos nuestra atención de los pensamientos del mundo, nuestro cuerpo y nuestra mente. Cuando nos sentamos en silencio, experimentamos nuestra alma.
A medida que nos identificamos con el alma, comenzamos a percibir a través de nuestra conciencia espiritual. Nos damos cuenta de las respuestas a esas preguntas que nos han estado desconcertando a lo largo de nuestra vida. Comenzamos a entender que somos más que el cuerpo y la mente; somos alma, llena de dones espirituales mucho más valiosos que cualquier otro que podamos alcanzar en este mundo. Nos sentimos en paz porque aprendemos las respuestas a los misterios de la vida y la muerte, y sabemos que sobreviviremos más allá de la desaparición de nuestro cuerpo físico. Experimentamos el amor, la paz y la felicidad eterna. Todo un mundo nuevo se abre a nosotros.
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Servir a la creación de Dios
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Contentamiento: El camino a la verdadera felicidad
El secreto de los deseos radica en que no es el objeto que deseamos. Es la tendencia de la mente a estar siempre en un estado de deseo. Nos lleva a apegarnos a las cosas de este mundo. Nos distrae del verdadero propósito de nuestra vida humana.
Nadar en el Océano del Amor de Dios
Así como cuando nadamos en un océano y estamos rodeados de agua, cada segundo de nuestras vidas estamos rodeados por el océano del amor de Dios. Podemos ser más conscientes de la presencia de Dios en nuestra vida diaria a través de la práctica regular de la meditación.
La felicidad es un estado mental
La próxima vez que pensemos que las cosas van mal y que Dios no nos está escuchando, deberíamos sentarnos, respirar profundo y relajarnos. Deberíamos darle a Dios la oportunidad de dejar que las cosas sucedan y observar pacientemente. Cuando todo esté dicho y hecho, descubriremos que al final Dios resolvió las cosas de la mejor manera.
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